El Shapeheart Armband es la solución perfecta para correr con nuestro teléfono para aquellos que no se pueden separar de él ni un segundo. A diferencia del resto de brazaletes que no permiten operar con el smartphone a no ser que te lo quites o que te retuerzas el brazo, el Shapeheart utiliza una base magnética para enganchar el teléfono a nuestro brazo con lo que es muy fácil quitarlo y atender una llamada, cambiar la música o echar un vistazo a Strava. El truco consiste en una funda de plástico impermeable para el teléfono que en su parte trasera lleva una placa metálica que se adhiere fuertemente al brazalete. Se puede comprar por 50€ en Amazon.